por Iván Ljubetic Vargas

El legado de Recabarren

(Revista "Punto Final" Año XXX Nº 373 del 21 de julio al 03 de Agosto de 1996, pág. 19)

Luis Emilio Recabarren (1876-1924)

Luis Emilio Recabarren Serrano nació en el Cerro Playa Ancha de Valparaíso el 6 de julio de 1876. Desde los 14 años fue obrero tipógrafo en una imprenta de Santiago. Dedicó tres décadas de su vida a la lucha social. Desde 1894, cuando ingresa al Partido Democrático, hasta su muerte, ocurrida en 1924, a los 48 años.

Gran parte de su herencia sigue vigente e incumplida. Cuando en Chile, otrora apasionados revolucionarios lanzan por la borda sus convicciones y pactan con los enemigos de clase, las palabras -y la obra- de Recabarren marcan caminos. "Desde que existen clases -escribió en 1912- existe lucha entre ellas. Esta lucha se ha hecho inevitable ya". Y en 1920, queremos -dijo- "quitar a los capitalistas esta terrible fuerza opresora con que nos explota y nos esclaviza, y dar a la masa del pueblo esa fuerza para que rija los destinos de su felicidad'.

Ya en 1904 señaló la ruta: "Entonces hermanos, ¡a la rebelión! para establecer un reinado de paz y amor, sin ricos ni pobres, sin opresores y oprimidos".

Recabarren es el mayor educador de masas de nuestra historia. Comprendió la necesidad de educar, de elevar la cultura de los trabajadores con todos los medios a su alcance. En primer lugar, con el entonces más importante medio de comunicación de masas: la prensa. Fundó once periódicos y escribió en unos 50. También creó grupos de teatro y obras para ser representadas; dictó conferencias, pronunció discursos, aprovechó la tribuna de la Cámara de Diputados, publicó folletos y libros, intervino en reuniones, asambleas y congresos. Fue un agitador incansable, siempre preocupado de comunicar y conversar con los obreros.

En 1916 afirmó: "La misión de una organización (obrera) es estar en contacto educativo con cada uno de sus afiliados".

En 1922 advirtió: "No será posible cumplir la misión de la revolución social, sino por la acción conjunta e inteligente de las grandes masas trabajadoras de ciudades y campos". Y en 1924 sostuvo: "Una sala de conferencias, una imprenta y una biblioteca, son las armas preciosas para luchar por la redención del proletariado".

El movimiento sindical y el movimiento popular en general, están en deuda con esta parte de su legado. No existe preocupación seria por elevar el nivel cultural de los trabajadores. No se utilizan adecuadamente los medios que usó Recabarren. Tampoco los más modernos de hoy.

En 1919, él escribió: "La solidaridad es la mejor y la más potente de las fuerzas que surgen en el seno de la organización gremial". Es la solidaridad de clase, muy debilitada en nuestro país durante la dictadura y que empieza a repuntar.

Y en 1922 señala algo que parece haber sido escrito para hoy. En un artículo titulado "Todavía es precisa ayudar a los mineros", que finaliza diciendo: "Que no lo olviden todos los compañeros, pues se trata de salvar el momento más difícil por el que atraviesan los luchadores del carbón'.

Recabarren entendió la necesidad de pertrechar a la clase obrera de un partido revolucionario y de un movimiento sindical clasista. Dedicó a ello sus mejores esfuerzos. Coronó el primer objetivo con la fundación, el 4 de junio de 1912, del Partido Comunista, que durante diez años se llamó Partido Obrero Socialista. El segundo logro fue la creación de la Federación Obrera de Chile (FOCH) el 25 de diciembre de 1919.

Recabarren fue un forjador de dirigentes obreros. Muchos de ellos se formaron en los grupos de teatro que él fundara; como Ellas Lafertte, Juan Vargas Puebla e Ida Osorio; en sus periódicos, Salvador Ocampo; o en las luchas reivindicativas en que tuvo directa participación, Juan Chacón Corona.

Una prueba de su capacidad de educador fue su compañera Teresa Flores, a quien se unió cuando ella tenía 19 años. Fue la única mujer fundadora del PC; excelente conferencista y oradora, impulsora de los Centros Femeninos Belén de Sárraga y la primera mujer que ocupó un cargo nacional en el movimiento sindical.

En 1914, Recabarren rinde homenaje a la madre: "Mujer, sin ti no hay humanidad ni vida posible... El mañana es de la mujer. Porque ella es la que mecerá en su seno los seres componentes de la humanidad futura... Madre-Mujer tu frente será el sol futuro".

En 1915 escribe: "La mujer debe convencerse que debe luchar tan activamente como el hombre para conquistar el bienestar".

En 1920, aboga por la plena participación de la mujer en las organizaciones sindicales y políticas. Argumenta: "La mujer tiene virtudes y cualidades invencibles, que el hombre no posee, para alcanzar muchos progresos en la tarea de nuestra organización". Y en otra ocasión afirma: "Convenzámonos que la hermosura más grande, que los encantos más atrayentes en la mujer desde el Alba hasta el crepúsculo de su vida son y serán: su saber, su inteligencia, su capacidad científica, artística y amorosa de la vida".

Fue ejemplo de internacionalista. En las oportunidades que estuvo en Argentina (1907-1908 y 1916-1918) participó activamente en las luchas sociales y políticas.

Se incorporó a la federación de trabajadores de imprenta -en Buenos Aires también fue tipógrafo- y en su representación asistió en 1907 al Congreso de Unidad en el que tuvo una famosa controversia con los anarquistas. Militó en el Partido Socialista y en enero de 1918 fue uno de los fundadores y el primer secretario del Partido Comunista argentino.

El historiador boliviano Guillermo Lora, afirma:

"El líder que mayor influencia tuvo sobre la vanguardia boliviana fue Luis E. Recabarren. El periódico 'El Despertar' de Iquique, que circulaba profusamente entre los dirigentes obreros de Bolivia, alcanzó a educar a nuestros líderes sindicales... Los primeros partidos socialistas, que surgieron a partir de 1914 se inspiraron en la obra de Recabarren".