Mudanzas
Somos como una casa
donde ha vivido gente que se ha ido.
Somos nosotros mismos que nos hemos cambiado.
En mí primero estuvo un niño triste,
preocupado del cielo y angustiado,
sin comprender en dónde terminaba.
Despues vivió un muchacho adolescente,
pálido y aterrado,
sufriendo con hallar una puerta cerrada,
débil ante la muerte del padre, que rondaba.
Y vino el joven que escuchaba un canto
y abría las ventanas a un jardin que se movía en su alma,
y que tendió los brazos al amor,
a los humanos hechos y a Ias noches más largas.
Después me habitó el hombre, el hijo vuelto padre,
el acosado por los violentos hechos,
y de pie en la tormenta, Dios y la voz
me acompañaron.
Si me pregunto ahora: ¿Para qué vive uno?
Me debo responder: Para todo eso.
Para lograr al hombre acumulado,
como una vieja casa poblada de fantasmas de nosotros.
Las vidas que pasaron nos dejaron
lo que somos ahora.
El recuerdo está lleno de sorpresas
y de pronto aparece en el olvido.
Pero hay algo seguro,
y es que siempre yo fui para mis vidas
una casa sombría.
("Voz Reunida". 1975)
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